Capítulo Uno: Historia y Cronología
Capítulo Uno: Historia y Cronología
¡Estáis ebrios de insolencia juvenil! Deberíais ser capaces de entender que no debemos (¡no podemos!) olvidar nuestro propio legado. Al respirar, también insuflamos vida a nuestra herencia, al igual que los tordios, los rhúlicos, los skirovanos… ¡incluso los sureños! Nosotros poseemos algo sagrado y hermoso que se llama historia.
DEL PASADO
Las profundidades del conocimiento y sus secretos se hallan en una ruina de salas ocultas perdida hace mucho tiempo, pues dentro de éstos los tesoros de la sabiduría, el conocimiento y el aprendizaje aguardan ser descubiertos. Aquellos que carecen de visión para aprender de los errores del pasado pasan por alto este saber. Están ciegos a las moralejas de la historia, mientras que los perspicaces aprenden de ellos, armándose con el conocimiento del pasado. Extraen crónicas y archivos de las primeras etapas de la civilización humana, y diversas runas y leyendas apuntan a los misterios ocultos en lo más profundo del tiempo. Los eruditos que investigan los secretos de la historia han explorado a fondo tales lugares, en especial las antiguas tumbas, y han descubierto indicios reveladores sobre el origen de la historia del hombre.
Por supuesto, hay otros asuntos al margen de la historia humana; el surgimiento de la Asamblea Rhúlica, el desmoronamiento del Puente entre los Mundos, la Guerra de las Almas y otras historias han llegado a la superficie del tiempo. Los susodichos relatos de la antigua Tethir datan de la era del Señor de la Guerra, cuando los ancestros montañeses gobernaban con poder absoluto y la bendición del Legislador. Más tarde llegó la era de las Mil Ciudades, en la que se enfrentaron los estados independientes, y la gran civilización de Morrdh cayó en desgracia. La ascensión de Morrow y Thamar alteró el prisma religioso y provocó un inmenso cisma que perdura aún hoy. Trajo consigo una revolución de fe que derrocó al gobierno del Legislador y estableció una religión basada en la compasión y la libertad (y también un culto dedicado a la oscuridad y al miedo).
Justo cuando las innovaciones del pensamiento y el progreso comenzaron a transformar Immoren occidental, llegaron los orgoth con sus sangrientas espadas y su magia oscura. Transcurrieron siglos y las llamas de la invención y las chispas de un don oscuro condujeron a la era de la Rebelión, durante la cual unas máquinas colosales recorrieron las tierras y expulsaron a los invasores de regreso por el oscuro Meredius. Una vez los orgoth hubieron abandonado Immoren, comenzaron propiamente los Reinos de Hierro. Mediante los Tratados de Corvis se fundaron nuevas naciones, los componentes básicos de la era moderna.
Los anales de los dos siglos anteriores revelan un progreso pasmoso para tan poco tiempo. Particularmente, las innovaciones continuas habían dado lugar a una nueva era bélica en la que maquinarias de destrucción de diez toneladas se enfrentaban en campos de batalla yermos iluminados por el constante fuego de artillería y los relámpagos de los cielos. Ahora, el camino del pasado conduce a los deseos de una reina ambiciosa, a un reino asediado por aquellos que exilió, y una oscura amenaza procedente de más allá de la Costa Quebrada. Ahora más que nunca, comprender el pasado es vital para tiempos tan turbulentos.
REGISTRO DEL PASADO: TIEMPO E HISTORIA
(Sección sobre el calendario y la cronología)
LAS ARENAS DE ICTHIER: PREHISTORIA DE IMMOREN
LAS RAZAS ANTIGUAS: IOS Y LA ASAMBLEA RHÚLICA
Los historiadores postulan que antes de que el hombre descubriera el don de la civilización existió una época de caos en la que los clanes y las tribus nómadas habitaban las tierras salvajes de Immoren. Las únicas civilizaciones auténticas que se sabe existieron fueron las del pueblo rhúlico y los iosanos. El pueblo rhúlico ya había dado grandes pasos como sociedad milenios antes de que los humanos comenzaran a prosperar. Sin embargo, los constantes enfrentamientos entre los clanos enanos han reprimido el progreso de su civilización. Dos mil quinientos años antes de que los humanos se asentaran en las tierras que ahora conforman el Protectorado de Menoth y la Marca de la Muela Sangrienta, los enanos de Rhul libraron una grandiosa y cruenta guerra. Los enanos llaman a estos tiempos oscuros y feroces la Disputa Interminable, y los historiadores estiman que tuvo lugar alrededor del 8500 a.R.
La Disputa Interminable finalizó bruscamente alrededor del 8300 a.R. cuando varios clanes capitularon y se desplazaron hacia el norte. Sus líderes comprendieron que prolongar el conflicto habría sumido al pueblo rhúlico en una barbarie total, por lo que trece de los clanes abandonaron a los demás a su suerte y se asentaron en lo que ahora se conoce como Ghord. La bien defendida región que rodeaba a los enanos gozaba de tierras, agua y caza abundantes, por lo que esta parte del pueblo rhúlico prosperó en su relativo aislamiento.
La fundación de la Asamblea Rhúlica precede a la civilización humana en unos mil años; ésta es la mejor aproximación que han podido realizar los historiadores basándose en lo que queda de los registros de la Asamblea. Las tablillas más antiguas son unos viejos artefactos religiosos; los enanos afirman que datan de alrededor del 7500 a.R. Los historiadores humanos dan por hecho que los enanos fundaron la Asamblea para regular las disputas que surgían entre los clanes de la región. Muchos historiadores enanos (la mayoría sacerdotes) afirman que los mismísimos Grandes Padres les entregaron las tablillas de la Asamblea, y que contenían instrucciones y leyes que les permitirían coexistir sin temor a recaer en un estado bárbaro de guerras continuas.
LAS ARTES ARCANAS DE RHUL
(Sección sobre la magia enana)
Más antiguos que la Asamblea son los registros rhúlicos del Imperio de Lyoss, en el lejano este más allá de la extensión que más tarde se convertiría en la Marca de la Muela Sangrienta. Tanto los historiadores enanos como los humanos coinciden en que Lyos creció en el lejano 10000 a.R., y los elfos de este imperio habían alcanzado una cultura que combinaba el uso del tejido, mampostería y metales como el bronce, el cobre y el hierro encantado. Los elfos de Lyoss tenían una concepción instrumental de la magia en su sociedad, y la utilizaban para realizar tareas casi imposibles.
La fundación de Lyoss se debió supuestamente a la unificación de tribus élficas que se unieron con un único propósito: la veneración. Era una antigua civilización gobernada por Precursores que se comunicaban directamente con sus deidades. Bajo la tutela de los Precursores, los elfos desarrollaron una compleja sociedad con especial hincapié en la armonía con las fuerzas de la naturaleza, la comunión con los dioses y la búsqueda de la perfección marcial y arcana. En algún momento Lyoss desapareció, dejando tras de sí una población dividida y asediada que luchaba por sobrevivir en territorio hostil. Aunque sólo se conocen detalles dispersos sobre esta época, la caída de Lyoss coincide con los acontecimientos cataclísmicos que sacudieron la humanidad.
ASCENSIÓN DEL HOMBRE: LA SABIDURÍA DE ICTHIER
Mientras los enanos guerreaban entre sí y los lyosanos se dedicaban a su afán de conocimiento y sabiduría, la humanidad estaba compuesta por clanes nómadas. Las amenazas de la época eran considerables: las inclemencias del tiempo, los mortíferos monstruos y los pillajes de otras tribus humanas obligaban a menudo a distintos grupos a establecer alianzas. La competencia con las demás razas también suponía una amenaza, y resulta interesante que gobbers, troloides y ogrun lograran sobrevivir a la colonización humana de Immoren occidental. Muchos historiadores postulan que la humanidad civilizada no proviene de Immoren occidental, sino del sur o tal vez del este.
Los sacerdotes menitas sostienen que la primera civilización humana apareció en lo que ahora se conoce como la antigua Icthier, cuyas ruinas preceden a toda la historia humana. Para los menitas esta ciudad es el venerado origen del Canon de la Verdadera Ley, su primera y más sagrada escritura, pues fue en Icthier donde se descubrió el texto sagrado grabado sobre los muros. El Canon describe la adoración de Menoth así como las leyes básicas de la sociedad humana. Aunque los historiadores consideran que Icthier es una red de misterios, están de acuerdo en que la humanidad comenzó a colonizar el territorio circundante en grandes cantidades alrededor del 4500 a.R. Curiosamente, este hito coincide con los primeros archivos humanos sobre la veneración de Menoth y la aparición del sacerdote conocido como Cinot.
La leyenda cuenta que Cinot podía transformar las conchas en grano, y la sal en néctar. Su fe en Menoth era indudablemente poderosa, mas el mayor de sus dones parece haber sido la introducción de la agricultura y la ley. Pero no se limitó a la agricultura básica, pues hay indicios de acequias y acueductos complejos tan antiguos como la colonización de Icthier. Cinot fue una verdadera maravilla de la época. Era un ingeniero, erudito, filósofo y soñador que elevó a la humanidad de un desordenado conjunto de tribus beligerantes a una gran civilización. La muralla de Cinot aún se yergue en el Gran Templo del Creador en la actual Caspia.
CRONOLOGÍA DE LOS REINOS DE HIERRO
(Aquí iría la tabla cronológica)
DEVORADORES DE SU PROPIO MUNDO: LA AMENAZA DE LOS MOLGUR
A lo largo del surgimiento de la civilización humana hubo otras razas que se enfrentaron, crecieron y aprendieron. Entre las tribus ogrun, los clanes troloides y trasgos, y los humanos bárbaros y chamánicos de la época, los conflictos estaban a la orden del día. Muchas tribus humanas descubrieron una fuerza destructiva que no tenía límites: el Wurm Devorador. Mediante sacrificios, rituales y otras prácticas, los chamanes bárbaros aprendieron cómo suplicar y controlar tal poder, y los ritos sacrificiales de estas tribus implicaban canibalismo, mutilaciones y toda serie de depravaciones.
Con el tiempo, las tribus adquirieron nueva forma. Algunas de ellas, dirigidas por chamanes conocedores de la senda del Wurm, empezaron a esclavizar a los ogrun, troloides y gobbers. Estas tribus se fundieron en una compleja sociedad tribal, encabezada unas veces por humanos y otras por bogrin o troloides, y finalmente se convirtieron en los molgur.
Los molgur no se parecen a nada que se hubiera o haya visto desde entonces. “Molgur” es una antigua palabra cuyo significado se ha perdido, pero muchos afirman que es sinónimo de ogrun, pues éstos aún hablan una variante del dialecto original. Sin embargo, en el pasado los molgur fueron tal vez la visión más aterradora que podía contemplar un sacerdote guerrero de Icthier. Imagina un millar de feros guerreros llenos de tatuajes y pintados con la sangre de los esclavos capturados y los enemigos caídos. Pronósticos a más no poder tras haberse dado un festín con los corazones de sus adversarios. Se consideraban mitad hombre, mitad beastia, lo cual coincide con la evidencia histórica de que los tharn también se contaban entre ellos. Lado a lado, ogrun, troloides, humanos y tharn cargaban contra los lanceros y espaderos humanos de antaño como una ola de oscuridad contra la brillante luz de la civilización.
De improviso, alrededor del 4000 a.R., unas tormentas y un inmenso y brillante resplandor iluminaron la noche en las tierras que rodeaban Icthier. Según todos los relatos, el cielo nocturno se iluminó como si fuera de día con todo tipo de colores funestos. La misma terra se abrió y se tragó pueblos y asentamientos completos mientras una lluvia de fuego que duró sesenta días y sesenta noches arrasó las verdes llanuras de la Marca de la Piedra Sangrienta. La configuración del terreno fue alterada, y al final de la noche las terras al noroeste de la Marca se volvieron increíblemente inhóspitas. La plaga no cesó, el ganado quedó estéril y las tormentas que asolaron las llanuras obligaron a criaturas peligrosas y agresivas a adentrarse en territorio humano. La caída del Cielo Abrasador, como lo llamó el sabio sacerdote Angrund, dispersó a los menitas de las Llanuras del nordeste y empujó a los moradores de las terras meridionales hacia la región cercana a las modernas Caspia y Sul. La orgullosa ciudad de la antigua Icthier, la primera ciudad de los hombres, fue abandonada, y así quedaría durante varios milenios.
DEL LEGISLADOR AL HOMBRE: LA ERA DEL SEÑOR DE LA GUERRA
La era del Señor de la Guerra es la fundación de la civilización, durante la cual los sacerdotes guerreros menitas lucharon contra las fuerzas bárbaras. Eran tiempos crudos de brutalidad y matanzas, marcados por la fundación de nuevas ciudades-estado. Eran nuevos tiempos, en los que incluso la más pequeña de las aldeas estaba rodeada de murallas, y en los que las oraciones a Menoth eran a menudo la única diferencia entre la vida y la muerte en las oscuras terras salvajes. Con el inicio de la era del Señor de la Guerra, los reyes sacerdotes de Calacia y Khard sometieron las terras salvajes con la autoridad de la ley y el juicio del acero. En verdad fue esta era un tiempo de enfrentamientos entre los adoradores de Menoth y las hordas bárbaras esclavas de la feroz energía y los caóticos rituales del Wurm Devorador. Fue una batalla entre dioses, librada por sus creyentes. De haber fracasado, la civilización menita se habría sumido en la más completa de las oscuridades.
CALACIA: EL ESCUDO DE THRACE
Los orígenes de la moderna Cygnar se constituyeron al borde de la Barrera de la Sierpe. Franqueados por los terrenos de caza de los molgur y los páramos de la Marca de la Piedra Sangrienta al este. Las colonias, pueblos, ciudades, templos y puestos avanzados varios que plagaban la zona cercana a la moderna Caspia se unificaron en voz y propósito bajo el legítimo decreto del sacerdote guerrero Valent Thrace alrededor del 2400 a.R. Los pueblos unidos fusionaron rápidamente defensa y recursos, y bajo el mandato de Thrace formaron el fuerte de Calacia, que contaba con más de cincuenta mil hombres, mujeres y niños dispuestos a resistir los ataques de los molgur.
Con el tiempo, Calacia creció. El legado de Thrace, un linaje de sacerdotes guerreros que hoy día se conocen como los ancestros, acabaron gobernando sobre unas trescientas mil personas. Las fuerzas del rey sacerdote de Calacia no sólo patrullaban los muros de piedra conocidos como el Escudo de Thrace, sino también los bordes de la Barrera de la Sierpe, combatiendo a los molgur y siguiendo el rastro de sus impíos rituales hasta su origen. A pesar de la caída del Cielo Abrasador, los menitas habían resistido.
KHARD: LA AGITACIÓN DEL LOBO
Mientras Golivant yacía moribundo en Calacia (entre el 2175 y el 2170 a.R.), un feroz sacerdote guerrero llamado Khardovic intentaba unir a su pueblo en el norte. Khardovic era un hombre gigantesco, aguerrido y orgulloso, y dado a paroxismos de oración. Con la bendición de Menoth, unificó las tierras del norte a sangre y hierro. Se dice que en aquellos tiempos sus propiedades estaban decoradas con los cráneos de sus enemigos ensartados en picas. En cinco años Khardovic había forjado su reino, tras lo cual tardó poco en reunir una inmensa hueste con el propósito de aplastar a todos los adoradores del Devorador que estuviesen dentro o en los alrededores de su reino.
LA CAÍDA DE LOS MOLGUR
La era del Señor de la Guerra acabó con el exterminio de los molgur. Las tribus habían entrado en decadencia bajo las flechas y espadas de Caspia y Khard. Los ogrun y los troloides se escindieron en sus propios clanes, mientras que algunos ogrun huyeron hacia el este para comerciar con los enanos de Rhul. Otros se fueron hacia el sur y atravesaron el mar para acabar abrazando las enseñanzas de lord Toruk. Los troloides desarrollaron su cultura y adoptaron aquellos atributos de los molgur que eran únicos en ellos. El kith y el kriel adquirieron una importancia vital, así como el culto a Dhunia. La especie de los trasgos (tanto gobbers como bogrin) también comenzó a formar krieles independentes (algunos de ellos se convirtieron también al culto de Dhunia). La desaparición de los molgur supuso también la caída de la estructura que unificaba a las razas ogrun y troloide en el salvajismo desenfrenado.
La era del Señor de la Guerra fue una época de grandes conflictos, y la estabilidad aumentaba conforme menguaban los continuos enfrentamientos. Se produjeron nuevos avances que permitieron el uso de armas como ballestas y hojas de acero, así como instalaciones de producción como molinos de agua y de viento. Al finalizar la era el mundo se había vuelto más civilizado, menos impulsado por la naturaleza y la necesidad de supervivencia. Era un mundo en el que los privilegiados ya podían controlar al pueblo que los rodeaba y procurarse el éxito y un legado que perdurase.
LOS MIL SEÑORES: LA ERA DE LAS MIL CIUDADES
EL SURGIMIENTO DE LA IGLESIA DE MORROW
Hacia el final de la era del Señor de la Guerra (alrededor del 2000 a.R.), la fe menita se había convertido en la religión predominante. Lo que comenzó en las ruinas de Icthier había dado lugar a la creación de una religión que era jerarquía y equilibrio, ley, orden y razón. Todas las cadenas de la lealtad espiritual estaban conectadas a Menoth, y cada vasallo de los reinos de Caspia y Khard ofrecía su alma al Modelador del Hombre a cambio de su guía y su protección.
Los eruditos han marcado el nacimiento de Morrow y Thamar como el comienzo de la era de las Mil Ciudades. Hasta la época de los Gemelos, nadie podía escoger su destino espiritual. Antes del surgimiento del culto de la Ascensión, cuando una persona nacía su alma pertenecía a Menoth, pero su cuerpo pertenecía a su amo terrenal. En Caen, Menoth estaba representado por los reyes sacerdotes que gobernaban las ciudades de hombres; el poder de estos señores tiránicos era absoluto. Sus siervos debían servirles desde el nacimiento hasta su muerte, tras la cual irían directamente a Menoth en Urcaen durante toda la eternidad. Aunque la civilización había llegado a Immoren, para la inmensa mayoría esto tan sólo acarreaba servidumbre.
LA ASCENSIÓN DE LOS GEMELOS
(Sección sobre Morrow y Thamar)
Mediante la Ascensión, Morrow y Thamar demostraron que los hombres no podían ser controlados por la voluntad del Creador ni por el látigo del hombre. Se habían convertido en seres divinos libres de ataduras terrenales y espirituales, y probaron que los hombres podían aspirar a cualquier cosa y convertirse en lo que desearan.
LA SOMBRA DE LOS SEÑORES DE LA GUERRA: LAS GUERRAS DEL NORTE Y LA CAÍDA DE MORRDH
Mientras los escrutadores caspianos estaban ocupados quemando herejes y crucificando infieles, los khardios seguían en pie de guerra. En el 1690 a.R., los kossitas, las maltrechas tribus skirovinas y los guerreros khárdicos lucharon por el dominio de lo que más tarde se convertiría en la zona central de Khador. Esta prolongada guerra acabó al fin cuando una plaga terrible azotó a los skirovinos y kossitanos, dejando misteriosamente ilesos a los khárdicos.
En los años posteriores a la plaga, los khárdicos se fortalecieron mientras los kossitanos y skirovanos luchaban por recuperarse de sus pérdidas. Pronto los khárdicos cayeron sobre ellos y conquistaron grandes extensiones de sus terrenos. Entre las ciudades conquistadas por los khárdicos se encontraba Molga, cuyo nombre cambió a Khardov en el 1574 a.R. para rendir pleitesía a Khardov (de quién creían que los había salvado de los estragos de la plaga).
Durante estos tiempos, el reino de Morrdh (perdido ya su esplendor) se vio desgarrado por los conflictos internos. Unos ciento cincuenta años antes de que Khard empezara la guerra con kossitanos y skirovanos, un señor morridano condujo un éxodo desde el reino negro de Morrdh. Morrdh y los midanos estaban picados debido a una “horrible afrenta”. Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo a este respecto, fuera cual fuese la causa bastó para que estallara la guerra y comenzara la caída del reino negro. Más tarde los midanos se convirtieron en midlundenses y desarrollaron una fuerte cultura independiente. Los refugiados morrowianos de la Purga se abrieron camino hasta Midlund hacia el 1700 a.R., y fue entonces cuando la fe de Morrow comenzó a florecer de verdad.
Alrededor del 1500 a.R., Morrdh estaba separada y rota. Sus dirigentes desaparecieron de la noche a la mañana, desvaneciéndose de la terra a todos los efectos como pálidos fantasmas. Lo único que quedó fueron territorios y clanes divididos. La nación de Thuria, formada por la unificación de clanes para combatir a los troloides de la zona, se convirtió en la cultura predominante junto a los restos más meridionales de la perdida Morrdh. Atraídos por las enseñanzas de Morrow introducidas por los midlundenses del este, muchos thurios adoptaron dicha religión como propia. Los principales linajes de Morrdh, los actuales morridanos, se convirtieron en una cultura degenerada y obsesionada por acabar con aquellos que la rodeaban y carente de la fuerza necesaria para recuperar su anterior gran reino.
En el 1449 a.R., Khardov era la ciudad más grande del norte, y comenzó a ejercer su dominio sobre los territorios circundantes. El ejército de Khardov era una fuerza de combate brutal y bien entrenada que subyugó los asentamientos más cercanos y continuó usurpando territorio de los pueblos kossianos y skirovanos. En el 1421 a.R., Sveynod Skelvoro se autoproclamó emperador de Khard.
Durante la primavera del 1415 a.R. estalló la guerra entre Khard y Kos por orden del Emperador Skelvoro. Esta guerra duró treinta y tres años y en ella se pudieron contemplar algunas de las batallas más encarnizadas desde la caída de los molgur, pues los ejércitos que se enfrentaban se contaban por cientos. El Imperio Khárdico sojuzgó rápidamente al reino de Kos y les transmitió las enseñanzas de Menoth.
Cuando terminó la guerra entre Khard y Kos, el emperador Teolevyn Skelvoro, heredero de Sveynod, prosiguió con el legado de conquista de su padre marchando sobre los señores de la guerra de Tordor hacia el sur. Unidos contra los khárdicos, los tordoranos resistieron incesantemente las ofensivas khárdicas contra su territorio. En el 1330 a.R., el emperador Skelvoro volvió a dirigir su atención hacia el norte y convenció a los poderosos señores jinetes norteños para que se unieran al Imperio Khárdico. Aunque se sometieron al régimen khárdico, los señores jinetes no juraron lealtad a un emperador. Con la ayuda de los señores jinetes, el Imperio Khárdico atacó las últimas fortalezas skirovanas en el 1279. En el 1263 a.R. el último de los caudillos skirovanos renunció al culto del Devorador y juró lealtad al emperador y a Menoth.
Con el paso del tiempo la fuerza de la Iglesia de Morrow creció con muchos creyentes, iglesias y templos a lo largo de Caspia, Midlund, Tordor y Thuria. Aumentó hasta rivalizar con la fuerza de la Vieja Fe. Hacia el 1250 a.R., la Iglesia de Morrow anunció finalmente que no seguiría tolerando la persecución menita. En represalia, los menitas enviaron a la escrutadora Khorva Sicarius para que asesinara al Primarca soberano de Morrow, Loriachus. Como primer menita que visitaba el Divinium de las Montañas de la Barrera de la Sierpe, Khorva fingió ir en una visita pacífica. Tuvo éxito en su misión, pero al hacerlo acarreó gran escándalo y aflicción al templo de Morrow. Cuando Khorva mató al Primarca, la ascendida Katrena apareció y mató a la escrutadora. Khorva, de quien se cree que fue una devota menita, ascendió de inmediato como vástaga de Thamar. El escándalo resultante fue una gran conmoción para los escrutadores, y el Sumo Escrutador Hevellor Chasmin inició una inquisición sumaria para descubrir a los herejes que se ocultaban entre sus filas. Incapaz de negar la divinidad de Morrow, el templo de Menoth cesó las hostilidades contra la Iglesia de Morrow y declaró a sus seguidores aptos para hacer el bien aun carentes de la sabiduría concedida por la guía de Menoth.
Los señores jinetes colonizaron la región umbreana en el 1190 a.R., unificándose a través del comercio y de matrimonios concertados que establecieron los linajes nobles de los Tepesov, los Umbreyko y los Chardovosk. En el 1102 a.R. Umbrey era lo suficientemente poderosa como para erigirse en principado independiente, y los señores jinetes se separaron del Imperio Khárdico. Korska se convirtió en su capital y, al este de Umbrey, Gorlym de Rynyrr fundó lo que más tarde (en el 1073 a.R.) se convertiría en el reino de Ryn.
LA ERA DE LA RAZÓN: EL RENACIMIENTO MECÁNICO
Cerca del 1100 a.R. un boticario llamado Voldo Grove escribió cómo mezclar ciertos ingredientes para crear un explosivo líquido. La mezcla, volátil si se veía expuesta al aire libre, podía almacenarse en un frasco de cristal sellado para arrojarlo contra el enemigo y envolverlo en llamas.
Alrededor del 1000 a.R. los khárdicos habían diseñado un camino de rieles sobre el que podía desplazarse a gran velocidad un carruaje tirado por caballos. Aunque sólo tenía un recorrido de treinta millas, esta innovación facilitó el transporte entre pueblos y minas, y muchas ciudades y comunidades mineras construyeron varias docenas de estas carreteras. Al aplicar la ingeniería al sistema de rieles pronto se empleó en las minas para extraer minerales, transportar a los mineros e incrementar la producción hasta cotas más altas.
Aproximadamente en esta época un renombrado párroco de Morrow llamado Janis Gilder, de profesión innovador, construyó unos relojes de gran calidad. Recurriendo a su experiencia, combinó una técnica de xilografía con la mecánica. Janis encargó a un diestro tallador de madera llamado Morilo Manticora que tallara las imágenes invertidas de cada una de las páginas del Enquiridión en piezas de madera dura. Utilizando un mecanismo de engranajes, Janis cubrió de tinta los bloques y colocó hojas de vitela sobre un dispositivo rotatorio que las posaba sobre los bloques tallados. De esta forma, el párroco Gilder imprimió varias docenas de copias del Enquiridión en muy pocos días. Este mecanismo (conocido como la imprenta de bloques de Janus) evolucionó con el tiempo para convertirse en la imprenta tipográfica de Janus, y poco después nació la impresión en papel mediante caracteres móviles.
Los eruditos afirman que fue en estos tiempos cuando comenzó realmente la Era de la Razón. Durante los siguientes doscientos años, los mecanismos de engranaje se pusieron en boga como formas nuevas de solucionar problemas. La ballesta mecánica de repetición, el estereoscopio de Adler y otros inventos de la época desbancaron a las maravillas de Caspia y Khard para incluir entre ellas objetos tales como los primeros telescopios, observatorios y sextantes para medir las estrellas y las distancias. La cartografía progresó a pasos agigantados durante esta era, y los cartógrafos y topógrafos compusieron los primeros mapas precisos de la Costa Quebrada y las orillas del Meredius.
La guerra naval también se hizo más predominante. Las primitivas navíos largos del pasado estaban obsoletos; ahora había cúteres articulados y fragatas navegando entre las Mil Ciudades con barriles de licor, especias y grano. El comercio creció y se desarrolló.
La llegada del Sol Largo en el 852 a.R. marca un punto de inflexión negativo en la historia. Esta sequía acabó con la vida de cientos de miles de nativos y obligó a otros muchos a evacuar la Marca de la Piedra Sangrienta y a buscar refugio más hospitalario. Algunos humanos que intentaban huir de la sequía se asentaron cerca de las ruinas de una ciudad, donde las aguas procedentes del Río Negro yacían frescas en enormes reservas naturales cubiertas de piedra. Parcialmente enterradas por las arenas del tiempo, las calles, murallas y techos de todas las estructuras de esta ciudad poseían una escritura grabada. Eran los restos de la antigua Icthier. La era del Sol Largo no mató a aquellos que se instalaron cerca de las polvorientas ruinas, pero la Marca de la Piedra Sangrienta creció enormemente durante la década siguiente. El desierto se expandió; hacia el 840 a.R., abarcaba desde la periferia de las Columnas de Amon Repugnante hasta las orillas del golfo cygnarita.
Alrededor del 730 a.R. Caspia había reclamado todo el territorio al sur del río Lengua del Dragón y al este del Río Negro. Midlund y Thuria se habían convertido en provincias bajo la tutela de Caspia. En el 712 a.R. el Primarca de Morrow trasladó el Santuario desde la Muralla de la Sierpe Superior hasta Caspia, llamada en aquel entonces la Gran Ciudad de las Murallas.
Mientras tanto, el norte se vio sacudido por la guerra y los conflictos hasta que los señores jinetes de Umbrey capitularon tras una brutal campaña contra el Imperio Khárdico que duró décadas. Los príncipes umbreanos del Anillo Negro se vieron obligados a jurar lealtad al Imperio en el 716 a.R., tras lo cual las guerras de los señores jinetes llegaron a su fin. Korak se convirtió en la capital oriental del Imperio Khárdico y pasó a ser conocida como Vieja Korska, mientras que Khardov seguía siendo el principal centro de poder en el oeste. En un gesto para unificar a sus gentes, los khárdicos cambiaron el nombre a Skidov por el de Korsk para honrar a los príncipes umbreanos, y dicha ciudad se convirtió en el emplazamiento de fincas y terrenos de muchos señores jinetes.
La tecnología siguió su avance con el Crisol Alquímico de Copelian (753 a.R.), la obra más detallada sobre alquimia en su época. El libro se imprimió en grandes cantidades, y se convirtió en un texto clave y referencia indispensable para los alquimistas de todas las Mil Ciudades. En el 743 a.R. el ingeniero Drago Salvoro presenció una explosión mientras probaba la primera caldera de vapor. Como inventor de la máquina de vapor, Salvoro recibió la Beca Científica Imperial. Tras la muerte de Salvoro en un desgraciado accidente, su trabajo recayó sobre los hombros de un audaz enano llamado Urbyn Kox, que fue el primero en desarrollar la primera máquina de vapor funcional. Hacia el 698 a.R. los motores de vapor alimentaban la mayoría del equipo pesado en las minas de Khard. Se adoptaron grúas, perforadoras a vapor y tamices de minerales para que funcionasen con motores de vapor en lugar de molinos de agua.
En la cumbre del Imperio Khárdico (690-625 a.R.) se incorporaron todo tipo de innovaciones tecnológicas. Leontid Urvinsky inventó el primer motor de vapor de triple pistón en el 635 a.R., que se empleó en máquinas pesadas e industria. En el 620 a.R. unos mercaderes tordoranos y sus socios comerciales cispianos construyeron por primera vez barcos de vapor, y por aquella misma época se construyó en Korsk la primera locomotora. Los khárdicos también pretendieron construir una línea de ferrocarril que conectara Korsk con las minas de Shirov, pero sus planes se vieron bruscamente interrumpidos por la inesperada llegada de invasores hostiles del otro lado del mar. El Imperio Khárdico concentró de inmediato todas sus energías en la defensa.
Al finalizar la construcción de la Catedral de la Archicorte en Caspia alrededor del 610 a.R., las noticias de esta invasión causaron gran inquietud. Al principio muchos ignoraron los informes creyendo que se trataba de incursiones costeras en navíos largos de saqueadores procedentes de la Costa Quebrada o las islas Scharde. Sin embargo, después de que varias comunidades dejaran de enviar expediciones y mensajeros, fue evidente que no se trataba de simples saqueadores.
LA TORMENTA QUE VINO DE LOS MARES OCCIDENTALES: LA ERA DE LA OCUPACIÓN ORGOTH
OSCURIDAD SOBRE LAS ORILLAS: LA LLEGADA DE LOS ORGOTH
Los primeros informes sobre los orgoth proceden de relatos de primera mano de marineros caspianos que fueron testigos de la llegada de los barcos negros de los orgoth en el 600 a.R. Estos navíos llevaban mucho tiempo siendo motivo de rumores y habladurías en las tierras del sur, pero apenas cabía duda de que el Imperio Khárdico estaba en guerra con una fuerza misteriosa procedente del norte o del Meredius. Al final de ese año, incontables tropas orgoth desembarcaron esgrimiendo aceros y ayudados por una magia oscura mientras comenzaban a tomar por la fuerza las Mil Ciudades.
Tordor, la nación que había mantenido a raya al Imperio Khárdico durante generaciones con su valentía y su destreza con las armas, se doblegó ante el asalto orgoth. En un intervalo de tres años, Tordor quedó reducida a una nación de esclavos. La flota tordorana, antaño orgullosa y poderosa, había quedado reducida a astillas debido a la magia tormentosa conjurada por terribles brujas guerreras. Los invasores orgoth se extendieron como una plaga y lo conquistaron todo a su paso a pesar de la creciente resistencia ofrecida por los thurianos y midlundenses. El poeta guerrero tordorano Dergen Murmurosa (590-582 a.R.) anotó en su diario el aspecto de los orgoth tan sólo semanas antes de morir a manos de un jinete orgoth:
“Son la más negra de todas las cosas. Los he visto esquilar el cabello de mujeres y niños para fabricar cerdas con las que curvar a sus propias madres y maridos. Ríen mientras golpean a sus bestias blindadas. Sus mujeres ataviadas con túnicas recitaban palabras extrañas, oscureciendo el aire con hollín y provocando llagas que hieren la carne. Mientras, las oraciones de nuestros sacerdotes apenas lograron turbarles. Son implacables, son tan oscuros como las recias y profundas aguas del Meredius. Están hechos de odio y sangre y van cubiertos de armaduras forjadas con formas de rostros aparentemente sonrientes que en realidad están atormentados. Estos orgoth han traído consigo la mancha maligna.”
Mientras los orgoth levantaban un fuerte en Tordor, ocupaban las provincias khardianas inferiores. Hacia el 580 a.R., los barcos de vapor fluviales de los caspianos y tordoranos exiliados realizaron ataques desde el río contra los puestos avanzados orgoth. Con esto consiguieron irritar a los orgoth, pero poco más. Thuria y Midlund cayeron en el 546 a.R. y quince mil soldados leales a la corona caspiana pidieron clemencia. Hasta el último de ellos fue ejecutado, asesinados con sus propias espadas o quemados vivos en piras. Y esto pareció fortalecer a los orgoth. Los invasores desplazaron sus tropas de Tordor y Midlund hacia el norte, contra el Imperio Khárdico. Las provincias meridionales resistieron, y los orgoth se vieron obligados a reagruparse y aguardar la llegada de sus brujas guerreras. En el 569 a.R., tras la destrucción total de la Vieja Korska, incluso el poderoso Imperio Khárdico había caído frente a los conquistadores orgoth.
Ya establecidos, los orgoth comenzaron a construir templos y fortalezas utilizando a los nativos como mano de obra esclava. Los supervisores orgoth no mostraban piedad alguna y enviaban incluso a los niños más jóvenes para trabajar en minas y campamentos. Para cuando los orgoth se dispusieron a conquistar Rynyr en el 542 a.R., ya habían establecido una presencia fortificada e indudablemente dominante en Immoren occidental.
LA CÓLERA DE CAEN
(Sección sobre la cólera de Caen)
LA LLAMADA DE LA HERMANDAD DE HIERRO: LA ERA DE LA REBELIÓN
CADENAS ROTAS: EL AUGE DE LAS ARMAS DE FUEGO
A finales del año 1 a.R., el prelado orgoth de Fharin declaró que toda la ciudad debía pagar un tributo de ocho mil esclavos, escogidos por sorteo. Los elegidos serían “bendecidos” con un viaje “al otro lado del mar”. Como respuesta a la proclama, los ciudadanos de Fharin se levantaron y, armados con hachas, palas, cuchillos y rudimentarios explosivos proporcionados por el Crisol Dorado, derrotaron a las tropas orgoth. Las brujas guerreras fueron quemadas en la hoguera, y la carroña del prelado desfiló por las calles lavada en una pira.
La Hermandad de Hierro se alzó al año siguiente (1 d.R.) con una declaración de guerra, y los habitantes de Thuria, Midlund y Caspia se unieron para combatir a los orgoth. La Rebelión duró seis años, hasta que en el 7 d.R. un grupo de guerreros y brujas guerreras capturaron a sus líderes y los ejecutaron públicamente. Aun así, la Rebelión había comenzado y ya no podía ser detenida. Durante las dos décadas siguientes continuó la lucha.
Los orgoth mataron en esta época a un millón de personas para recuperar el control de las regiones en las que la rebelión fue más intensa.
En el 28 d.R., un alquimista audaz llamado Oliver Galvani creó un prototipo de arma que disparaba un proyectil de plomo capaz de atravesar un tablón de madera a una distancia de diez pasos. Poco después, en el 32 d.R., la región de Tordor se convirtió en un sangriento campo de batalla de humo y fuego durante la Batalla de los Cien Magos. Apoyados por los nobles locales, los magos expulsaron a los orgoth de las fronteras tordoranas. La batalla dejó al ejército orgoth tan gravemente dañado que tardaron ocho años en recuperarse.
En el 40 d.R., los orgoth reconquistaron Tordor y ejecutaron a cientos de magos y sospechosos de colaborar con ellos, pero a pesar de ello Tordor siguió resistiendo (aunque más sutilmente).
Tras casi un siglo de duro trabajo, la Orden del Crisol Dorado acabó por desarrollar el primer mecanismo de disparo de pistón, y hacia el 40 d.R. comenzó la producción de armas de fuego. Tan sólo cuatro años después el legendario Ejército del Trueno se alzó para liberar Rynyr de los orgoth, empuñando las armas de fuego fabricadas por el Crisol Dorado. Este ejército regó las calles y campos de Rynyr con la sangre de los orgoth.
Durante los dos años siguientes los orgoth libraron cruentas batallas con el ejército del Trueno y finalmente lograron hacerlos retroceder hacia las puertas de Leryn. En la Batalla de la Cima del Trueno (86 d.R.), Leryn resistió la oleada y rechazó a un ejército de diez mil soldados orgoth armados con un arsenal de conjuros marciales, brebajes alquímicos y armas de fuego de gran calidad. El resto de Rynyr cedió ante el asedio orgoth, pues las demás ciudades no estaban tan preparadas y el enemigo atrapó a varios de los líderes del Ejército del Trueno (así como sus rifles). Mediante brutales interrogatorios los orgoth obtuvieron el secreto para fabricar sus propias armas de fuego. Al cabo de un año la infantería orgoth ya disparaba armas de fuego de hierro conocidas como dracosnegros. Aunque no eran tan precisos como los rifles ryúlicos de la época, los dracosnegros compensaban su corto alcance y poca precisión con una gran potencia de detención gracias al uso de perdigones sin comprimir.
Toda la zona central de Midlund y Rynyr, así como los límites de Tordor y Thuria, atravesaba momentos de gran agitación por aquel entonces. A cada paso que daban los orgoth debían hacer frente a militantes, miembros de la resistencia y grupos organizados de magos y espadachines. En el 80 d.R. un grupo de rebeldes de Corvis crearon el Sindicato Mercante. Estos rebeldes formaron un consejo de intereses mercantiles que, además de comerciar, más tarde liberaba esclavos clandestinamente y pasaban suministros de contrabando a otras organizaciones de la rebelión.
Aunque se habían conseguido algunos avances, el conflicto del período de la Rebelión distaba mucho de su fin. Desde el 83 hasta el 93 d.R. la plaga conocida como desgarro de pulmón azotó Rynyr, Tordor y Caspia. Incluso los orgoth se vieron afectados por esta devastadora dolencia. Se sucedieron las calles dejando una estela de miles de cadáveres. Los orgoth quemaron distritos enteros de las ciudades por no enterrar la inmensa cantidad de muertos.
Finalmente un mago y boticario con una habilidad tremenda llamado Corben logró encontrar una cura estudiando sus efectos y desarrollando un tratamiento alquímico. Salvó decenas de miles de vidas en tan sólo pocos meses, y para finales del 94 d.R. la epidemia había sido detenida. Nueve años después de haber llevado una vida dedicada a la curación y protección de los demás, el anciano Corben murió. Al exhalar su último suspiro, su cuerpo ardió con el fuego del alma y una resplandeciente imagen del hombre ascendió a los cielos. Rápidamente se corrió la voz de que Corben había ascendido con Morrow, y los boticarios y sanadores se apresuraron a portar medallones y demás iconos con su sagrada efigie.
El primer asalto de la Rebelión había pasado y los orgoth aún conservaban las tierras conquistadas. Sin embargo, los immorenses habían sido más laboriosos. Después de trabajar duro años, un mago alquimista llamado Victor Rycrd desarrolló la primera placa rúnica arcana funcional. En el 111 d.R., junto con una docena de refugiados nyss, Rycrd formó una cábala o clase de élite conocida como la Orden Fraternal de la Magia.
La Orden montó sus forjas y sus salas en los túneles que había bajo Ceryl, el mismo entramado laberíntico que antaño albergara al Círculo del Juramento, donde Sebastien Kerwin se había llevado supuestamente a tantos orgoth a la tumba.
Mientras tanto, el Sindicato Mercante expandió sus operaciones y comenzó una campaña de liberación silenciosa. En el 112 d.R. el Sindicato empezó a liberar esclavos con éxito. Los que fueron liberados llegaron en cantidades ingentes a Thuria y Caspia, tierras relativamente libres de presencia orgoth. Muchos forjaron sus vidas uniéndose a uno u otro de los diversos grupos que combatían contra los orgoth. En el transcurso de una década el Sindicato Mercante logró liberar a más de veinte mil esclavos. Los orgoth, hartos de levantamientos e insurrecciones, se percataron de ello pero no movieron un dedo para detener las fugas; en vez de eso aumentaron los tributos de esclavos en todas las grandes ciudades para compensar las pérdidas.
EL CONFLICTO MODERNO: LA ERA ACTUAL
Aunque muchos eruditos argumentan que la era moderna comenzó el primer día del año 202 d.R., es mejor pensar en la cronología como los primeros pasos de Grigor Malleus, también conocido como el rey Malleus el Rápido. Ya con treinta años de edad cuando su padre falleció en el 480 a.R., asumió el trono por derecho propio como se estipulaba en la cláusula de sucesión de su padre. Era un experto soldado y economista, y Cygnar no podía haber recibido un rey mejor.
En los albores del 500 d.R., Ord contaba con navíos de casco de hierro que surcaban los océanos, y flotó el Fiver, una fortaleza flotante blindada con planchas de hierro. La nave era más lenta que los barcos blindados cygnaritas, más pequeños y menos hábiles, pero demostró su valía frente a los ataques de Cryx, cuyas incursiones y negros navíos habían cobrado agresividad. En efecto, la isla oscura había comenzado una carrera de innovaciones navales, pues las flotas órdicas y cygnaritas se enfrentaron a los piratas cryxianos en varias ocasiones. La marina cygnarita designó barcos tales como el Gloria de Morrow o el Misericordia para luchar contra los piratas khadoranos, cygnaritas y órdicos de cuando en cuando. Estos navíos, que aún hoy siguen en activo, anunciaron la era de los buques de hierro y se los considera los equivalentes marinos de los Colosales.
El Protectorado de Menoth no tardó en expandir su territorio obligando a los nativos idrianos a someterse a su religión y su régimen. Después de que un terremoto devastara las tropas idrianas en la batalla del Camino Ardiente, el ejército del Protectorado (que había salido indemne del desastre) no mostró piedad alguna con ellos. Mientras tanto, en el norte, el Protectorado y Llael comenzaron a disputarse las tierras ricas en minerales de la Marca de la Muela Sangrienta. Pronto Llael se mostró reacia a luchar por “páramos secos y polvorientos” y cedió tras varias escaramuzas menores. El Protectorado extendió sus fronteras varios cientos de kilómetros al norte de Imer, y Cygnar no hizo nada al respecto.
Por aquel entonces Husdan Vygor se convirtió en recién coronado rey de Khador. Encolerizado por el trato que los cygnaritas profesaban hacia los fieles menitas, juró deshacer tales agravios. Vygor se declaró a sí mismo la reencarnación de Khardovic e hizo que sus tropas construyeran lo que ahora se conoce como el Camino del Siervo de Guerra que atraviesa el Bosque del Espino. Fue entonces cuando comenzó la Guerra del Bosque del Espino, durante la cual la destreza de los batallones cygnaritas y los cazadores de hombres khadoranos se puso a prueba en batallas de ensueño entre espesos bosques y ciénagas. El breve pero sangriento desenlace de esta guerra se decidió en la batalla de la Lengua. La astucia de Vinter Raelthorne II lo valió la victoria, pues en un momento crucial de la batalla los mercenarios de Khador cambiaron de bando y diezmaron las filas khadoranas. Mientras los norteños eran masacrados, el rey Vygor se enfrentó al rey Raelthorne II, que empaló al primero con un metro de afilado acero, dando fin al conflicto.
La reina Ayn Vanar VII, la viuda embarazada de Vygor, subió de buen grado al trono mientras lloraba la muerte de su misantrópico y cruel esposo. Declaró el fin de la guerra y comenzó el proceso de recuperación de su nación. La Guerra del Bosque del Espino fue la primera de las guerras modernas y, en definitiva, una muestra del precio que conllevan tales conflictos. Tanto Cygnar como Khador necesitaron años para recuperarse de las pérdidas en hombres, material y recursos y al final la breve e inútil contienda no aportó nada a ninguna de las dos naciones.
SOMBRAS EN LA TIERRA: LOS LAMEDORES
(Sección sobre los lamedores)
LA DINASTÍA DE LOS RAELTHORNE
Tras la muerte de Malleus, la Corona pasó a Vinter Raelthorne I según los términos de la Cláusula de Woldred. Malleus murió en la víspera de su quincuagésimo sexto cumpleaños y su familia y ambos fueron testigos de cómo entregaba su reino a un hombre capaz y honorable. Raelthorne juró al anciano que se sentiría orgulloso de él y guiaría a Cygnar tan bien como le fue posible.
Vinter Raelthorne III fue un diestro guerrero y un astuto estratega; también supo cuándo escuchar a sus consejeros y cuándo ignorarlos. Dispuesto a preservar el bienestar de Cygnar, Vinter decidió que se necesitaba una alianza de intereses mercantiles capaz de regular el comercio si quería asegurar la superioridad económica de Cygnar. Aunque subvencionó los avances en mecánica y conocimiento arcano, también fue consciente del valor del comercio y las alianzas. Bajo su asesoramiento comenzó a desarrollarse la Asociación Mercantil, y pasaron diez años de discusiones, maniobras políticas y conflictos internos antes de consolidarse formalmente en el 526 d.R.
En el año 525 d.R. fue malherido en un intento de asesinato perpetrado por fanáticos menitas. Los asesinos, Chernel Amarius y Darimia Amarius, emplearon un rifle personalizado para realizar un único disparo al pecho de Vinter desde cuatrocientos metros de distancia. Si no hubiera sido por la rápida atención de un clérigo morrowano, Vinter habría muerto. Posteriormente, una búsqueda exhaustiva descubrió a los culpables, y aunque no se pudieron demostrar lazos oficiales que los vinculasen al Protectorado, fueron acusados de traición y colgados. Los consejeros de Vinter designaron de inmediato a unos inspectores para que vigilaran toda posible interferencia menita en la política de Cygnar. De especial interés fue el aumento acelerado de las tarifas para comerciantes de armas y municiones que negociaran con el Protectorado, a la vez que se redujeron las de alcohol y libros. La vigilancia ante el contrabando también se incrementó con tanta intensidad que se decía que ni una hormiga podría atravesar el Río Negro sin que Vinter estuviese al corriente.
Sin embargo, en el año 534 d.R., otro asesino, esta vez un acólito del culto de Cyriss, intentó matar al rey. El atentado fue frustrado y Vinter enfureció. Los legados del culto de Cyriss reaccionaron rápidamente con un acto de desagravio, señalando a un elemento rebelde del culto como culpable debido a un error de cálculo. Los legados entregaron al culpable, el acólito fue colgado, y luego los legados fueron decapitados. Vinter declaró el culto organización ilegal y declaró que no se toleraría la presencia del mismo en ninguna ciudad de Cygnar.
Para cuando Vinter Raelthorne IV sucedió a su padre en el 540 d.R., Vinter Raelthorne III ya había construido líneas de ferrocarril en Cygnar, regulado un nuevo sistema de mercado y aplacado a las naciones de Ord y Llael con comercio y tratados, además de entablar nuevas relaciones con Khador. Vinter Raelthorne IV necesitaba estar a la altura de su padre y asumir los nuevos retos mientras los Reinos de Hierro llegaban a la mitad del siglo XVII. Mientras que el rey de rostro pétreo había sido una persona pragmática y analítica, Vinter IV se volcó mucho más en la noción que su padre.
Los cambios en la economía y el mercado de Cygnar también afectaron a los demás reinos. El mayor efecto se produjo en Khador, pues el sistema mercantil provocó la creación de una creciente clase de mercaderes. Los kayazi, individuos financieramente prósperos, comenzaron a crear problemas al emplear su poder económico para conseguir lo que querían. En el 549 d.R., Khador había abolido la servidumbre, pero los kayazi no tardaron en encontrar formas de aprovecharse de la gente recién liberada empleándolos como obreros y creando una revolución de aprendizaje conforme aumentaba la cultura. En el 551 d.R., nació la mayor compañía de toda Immoren occidental: el kayazi Simonyov Miustavya fundó Naviera y Ferrocarriles Miustavya. Aunque Cygnar y Khador no eran los mejores amigos, el comercio entre ellos iba bien.
Vinter Raelthorne III tuvo dos hijos con su esposa Calissa. Al mayor se le llamó Vinter en honor a la tradición familiar, y el segundo recibió el nombre de Leto. Calissa murió al dar a luz a Leto, y los niños crecieron sin la presencia paterna. Fueron criados por niñeras y criados, y educados por tutores y eruditos que les inculcaron conocimientos de esgrima, economía y tácticas. Mientras que el frío distanciamiento de su padre empujó al príncipe Vinter a valientes hazañas bélicas para ganar su atención y su aprobación, Leto llevó una vida de aprendizaje y estudio, adquiriendo conocimiento y practicando el arte de la guerra sin el fervor de su hermano mayor.
Cuando Vinter III murió en el 576 d.R. circularon rumores de parricidio entre la nobleza cygnarita. Al subir al trono, Vinter IV se encargó de asegurar su estabilidad. Desde su punto de vista se había ganado el trono merced a las guerras en que participó y la sangre que derramó durante su juventud a la sombra del desdén de su padre. Donde Raelthorne el del corazón de piedra regía con puño de hierro, su hijo lo hacía con una ensangrentada espada. Durante los dieciocho años de reinado de Vinter IV no permitió insolencia, sarcasmo o traición alguna; sus enemigos (tanto reales como imaginarios) eran asesinados, encarcelados o eliminados de alguna otra forma.
Para el 582 d.R. la policía secreta de Raelthorne, la Inquisición, había dominado el arte de actuar sin ser vista y eliminar las amenazas contra Su Alteza. Cuando el rey promulgó el Edicto contra la hechicería y la brujería ilícitas, su Inquisición se puso a trabajar con ahínco. Cientos de supuestos brujas, hechiceros, sectarios e incitadores políticos fueron torturados y ejecutados en secreto. La histeria se apoderó del reino. Los primeros juicios de brujas tuvieron lugar en Corvis en el 584 d.R. y en ellos fueron ahorcados dos hombres y cinco mujeres en el Bosque del Viudo. Aproximadamente doscientas cincuenta personas murieron ejecutadas por “hechicería ilícita” durante los diez años siguientes. La magnitud de este horror no es más evidente que la de los infames Juicios de brujas de Corvis del año 504 d.R.
LA INVASIÓN SCHARDE (581 - 588 d.R.)
Mientras que en el reinado de Raelthorne el Viejo se antojó la quema de brujas y la caza de enemigos tanto reales como imaginarios, las fuerzas agresoras de las Islas Scharde estaban cada vez más activas. Después de que una incursión cryxiana destruyese la aldea de Ingrane, quedó claro que la amenaza de más allá de la Costa Quebrada se había propuesto cobrarse vidas cygnaritas. Durante el transcurso de la década siguiente las incursiones y la piratería aumentaron hasta niveles de conflicto bélico.
Los barcos negros cryxianos surcaban el mar abierto. La flota oscura saqueaba y destruía sin piedad y a menudo atacaba sin previo aviso con esclavos modificados mecánicamente, hordas de muertos y terroríficos siervos infernales. Las flotas órdicas y cygnaritas bloquearon toda la Costa Quebrada, y en los pueblos y aldeas costeras se duplicó el tamaño de la milicia. Cygnar envió ingentes cantidades de tropas para fortificar y montar puestos de guardia en todas las vías principales.
Cryx intensificó el conflicto que pronto llegaría a su cenit en la Batalla del Ocho Fondo Arenoso (588 d.R.), en la que la armada órdica y la cygnarita se enfrentaron a una inmensa flota de incursores y piratas que se dirigía al Golfo de Cygnar. Más de treinta navíos fueron hundidos durante esta sangrienta batalla. El agua quedó cubierta por una capa de humo procedente de los cañones y la madera ardiendo, y los ejércitos de Ord y Cygnar se alzaron victoriosos. Las naves cryxianas en fuga se refugiaron en las orillas de Protección del Sur y Puertalla, pero fueron perseguidos tenazmente. Durante semanas el ejército cygnarita rastreó y destruyó a todos los incursores de las Scharde allí donde los encontraban.
EL ALTO MANDO KHADORANO
A petición del lord regente Simonyov Miustavya, la reina Ayn Vanar XII inició un régimen dedicado a los fines expansionistas de su abuelo. Además la ambiciosa reina extinguió el cese del comercio entre Khador y los mercenarios con el pretexto de que tal tipo de negocios debilitaba a la Madre Patria. Muchas de las compañías se vieron forzadas a trabajar para la nueva iniciativa militar khadorana fabricando uniformes, armas y suministros.
La reina Ayn alude a menudo al espíritu del rey Khardovic; ha ordenado la difusión de propaganda por todas las calles de las ciudades y pueblos de Khador. Por todas partes pueden verse carteles y pósteres que ensalzan el orgullo nacional, el servicio militar y la gloria de la Madre Patria. El Aquelarre de los Señores Grises ha estado reclutando učeniks para sus edificios y adiestrando a los lanzadores de guerra en el arte de la magia. Durante los últimos años se ha fomentado un nacionalismo imperialista hasta límites sin precedentes.
EL GOLPE DE ESTADO: LA BATALLA POR EL TRONO DE CYGNAR
Mientras tanto, los conflictos internos de Cygnar se habían intensificado hasta niveles de locura. Tan impulsivo era Raelthorne el Viejo que acabó encarcelando ciudadanos por meros rumores de hechicería o prevaricación política. Para muchos individuos deshonestos esto supuso un medio rápido para vengarse o beneficiarse. Denunciar a un vecino aportaba algunas coronas de recompensa, pero pocas eran las acusaciones. Las ejecuciones públicas estaban a la orden del día, y muchos de los ejecutados eran claramente inocentes de los cargos. La gente estaba indignada, mas pese a los disturbios el Viejo no se echó atrás. Después de la masacre de Meryn que se saldó con la muerte de trescientos veinte ciudadanos díscolos, fue evidente que ni siquiera permitiría que nadie le recriminara su cargo. Tenía que ser detenido.
Y el hombre que lo consiguió fue su propio hermano, el príncipe Leto Raelthorne, un hombre tranquilo y afable que veía con recelo la violencia que profesaba su hermano al pueblo de Cygnar. Bien entrenado tanto en la lucha como en la diplomacia, Leto pasó gran parte de su vida resolviendo situaciones políticas inestables con Khador, Llael y Ord, pero hasta él sabía que el enemigo más difícil de aplacar sería su propio hermano.
Las bendiciones del Primarca Arius, cabeza visible de la Iglesia de Morrow, siempre habían reconfortado a Leto. Cuando el Primarca rogó a Leto que hiciera lo correcto e impartiera justicia no sólo por aquellos a quienes había asesinado el Viejo, sino también por Cygnar y por el futuro de la nación, aceptó con seriedad la tarea de liberar a su amado país. Leto reunió a un grupo de fieles patriotas cygnaritas, entre los que se incluían el gran mago Calster, el Primarca Arius y varios oficiales militares leales, y se dispuso a reclamar el trono de su tiránico hermano.
La revolución en palacio estalló en la víspera del 24 de Corin, Khindoven del 504 d.R. Leto, acompañado por el gran mago Calster, varios siervos de guerra y un grupo de paladines morrowinos y de espadas tormentas, atacaron las fuerzas de Vinter en el gran recibidor durante una audiencia con los líderes de la Inquisición del Viejo. El combate fue épico y legendario, y aún pueden verse en los muros de aquella gran sala marcas de hechizos y toques de espadas. El Viejo era tan feroz en combate como reinando, y aquel día no mostró piedad alguna hacia hombre ni máquina. Mientras sus hojas surcaban las multitudes de soldados, reía fuertemente. Poco podía saber que en las ciudades inferiores sus tropas se rendían a las fuerzas de Leto.
Mientras Leto se enfrentó en combate a su hermano y sus espadas chocaron en un violento frenesí de estocadas, aunque Leto estaba respaldado por la causa de la justicia, no era rival para la destreza marcial de Vinter. Se dice que, tras recibir un golpe de la espada de Vinter y caer al suelo, rogó a Morrow que le ayudara. Aquellos que corrieron a su lado cuando terminó el combate lo hallaron en el suelo, pálido debido a la pérdida de sangre y gravemente herido, pero el Viejo estaba tendido cerca de él, sumido en un aparente coma.
Vinter fue encadenado y encarcelado, y Leto asumió la responsabilidad de la corona. Muchos de los inquisidores fueron aprisionados en la Isla Costa Sangrienta junto a su anterior rey. Los pocos que no pudieron ser capturados se ocultaron bien. Sin embargo, el Viejo aún tenía muchos aliados, y el amor de Leto, lady Danse Cromwell, fue secuestrada para exigir la libertad del Viejo. Conmovido por el dolor y la furia, Leto no tuvo otra alternativa que liberar al tirano, Vinter escapó a la Marca de la Piedra Sangrienta, y la querida esposa de Leto no volvió a ser vista nunca más.
TIEMPOS RECIENTES
Menos de un año después el rey Vintelstrim Ryonard de Llael murió sin dejar heredero, dando lugar a múltiples discusiones sobre su sucesión. El Consejo de Nobles designó al primer ministro, lord Deyar Glabryn, para gobernar, y pese a la pérdida de su rey, Llael siguió prosperando gracias a que la Orden del Crisol Dorado y otros cuerpos mercantiles llaeleses seguían comerciando con la Asociación Mercurio y vendiendo productos alquímicos, combustibles, madera y bienes de comercio.
Recientemente las oscuras fronteras entre el Protectorado y Cygnar han alcanzado nuevas cotas. Khador enviaba regularmente tropas a las fronteras de Ord y Llael para poner a prueba sus defensas. El ejército de Khador parecía mucho más moderno de lo que era pocos años atrás. Los esfuerzos de la reina Ayn han dado fruto en una compleja fuerza armada compuesta de elementos navales, militares y mágicos que rivalizan (incluso puede que superen) con los de Cygnar en términos de poder.
LA NOCHE MÁS LARGA, EL REGRESO DEL VIEJO Y DETALLES SOBRE FUEGO DE BRUJAS
ADVERTENCIA: ESTO CONTIENE DETALLES VITALES DE LA AVENTURA, ¡NO LEAS SI ERES JUGADOR!
(Sección sobre la noche más larga)